Bioplásticos a partir de algas
Una posible alternativa a los plásticos tradicionales hecha a partir del recurso marino

La contaminación de plásticos y microplásticos en los mares y océanos es bastante conocida y se considera una de las preocupaciones ambientales más apremiantes del mundo.
La basura y otros plásticos acaban en el mar de manera directa o indirectamente, alterando los ecosistemas marinos y sus formas de vida. Estos residuos se van degradando y fragmentando en partículas más pequeñas perjudiciales para el medio, que además también expulsan CO2 en su descomposición. A esto se le añaden las sustancias tóxicas que desprenden y que se introducen en la cadena trófica, acabando en nuestra dieta.
Desgraciadamente las cantidades de desechos vertidos a los mares y océanos aumentan cada año. El plástico puede durar hasta 500 años en el mar, siendo una fuente de contaminantes persistentes. Si no ponemos fin al uso del plástico monouso para 2050 existirá más plástico que peces en el mar. Análisis recientes demuestran que ya hay zonas donde se encuentra más concentración de plásticos que de plancton marino. De hecho el 90% de aves y especies marinas ya ha consumido plástico y se calcula que cada año más de 100.000 animales marinos se ven perjudicados por ellos.
La contaminación plástica, un alarmante peligro para el Mediterráneo
En nuestro mar se acumulan miles de toneladas de material plástico, tanto en las playas como en los fondos marinos. Los grandes trozos de plástico hieren, y matan a los animales marinos, pero son los microplásticos, los que alcanzan niveles récord en el Mar Mediterráneo (la concentración de microplásticos es casi cuatro veces mayor que en algunas islas de plástico).
Lo cierto es que la contaminación por plásticos supone una atrocidad para la vida marina. El cachalote que apareció muerto en 2018 en las costas de Murcia con casi 30 kilos de basura en su estómago no es un caso aislado. En el Mediterráneo montones de animales mueren por culpa de los microplásticos cada día.
Del plástico en el Mediterráneo a nuestro organismo
Esto conlleva otro problema descubierto recientemente, y es que estos plásticos ya se encuentran en nuestro organismo. Se ha descubierto que el agua embotellada, la sal, el pescado, etc. contienen partículas de microplásticos que ni las propias plantas depuradoras pueden filtrar. Ya se han encontrado microplásticos o sus derivados en la orina y las heces de seres humanos, tanto adultos como bebés, llegando a encontrarlas incluso en las placentas de mujeres embarazadas. Se estima que una persona puede ingerir al día hasta 2.000 fragmentos plásticos por semana, lo que equivale a 21 gr al mes, poco más de 250 gr al año. Es como si nos comiéramos una tarjeta de crédito cada semana. ¿Suena a locura? Lo es, tanto como real.
No puede ser que, como dijo Jacques Cousteau en su día, continuemos convirtiendo el aire y el agua, nuestros dos fluidos esenciales, en vertederos globales.
Bioplástico a partir de algas, una alternativa biodegradable
Conocedores del impacto ambiental que generan en los ecosistemas los materiales plásticos, y conscientes de las opciones que ofrecen el mar y las algas, se ha desarrollado un material biodegradable (de 4 a 6 semanas) hecho a partir de algas para sustituir el plástico de bolsas y envases.
El plástico se fabrica a partir de ‘bloques de construcción básicos’ conocidos como polímeros. Estos bloques pueden provenir casi de cualquier fuente. En los plásticos tradicionales, el petróleo crudo se refina en polímeros y se transforma en una resina transparente y duradera. El mismo proceso se aplica a las algas. La planta se puede reducir y moldear químicamente en biopolímeros a partir de alginato que pueden usarse para hacer un producto completamente nuevo. Además de ser biodegradable y biocompostable, este material es transparente, flexible y comestible. Pueden contener multitud de sustancias como agua, salsas o productos cosméticos, tanto cremas, como geles o champú.
Y no solo encontramos estas aplicaciones, podemos encontrar zapatillas y sandalias producidas a partir de algas, y es que el potencial que albergan es tal que las algas compiten por el Premio a la Innovación en Plásticos organizado por la compañía de moda Tom Ford.
Las tecnologías de producción de plástico han pasado un proceso de optimización y mejora de más de 70 años; lograr la misma eficiencia y capacidad de producción con cualquier alternativa requerirá tiempo y estímulo a nivel mundial. Aunque cambiar un tipo de plástico por otro no hará que el mundo dependa menos de los desechables, creemos que es la solución óptima para las muchas situaciones en las que los envases de película delgada desempeñan una función vital e insustituible.